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Me considero un alma en evolución constante, como todos, al fin y al cabo.
Mi nombre de pila es Judith y mi pasión es el mundo invisible, el que muy pocas personas son conscientes de ver y percibir, es el mundo de la Energía, somos energía, la vida es energía, nos rodea de forma constante poseyendo la información del Todo.
Elena que siendo yo una adolescente me vio, me ayudó a entender quién era: una antena parabólica sin filtro. Elena me regaló la sabiduría del Tarot.
Rosa mi Maestra de Reiki me enseñó a canalizar para ayudarme a sanar primero a mí misma y posteriormente a los demás.
Maravi Simona, fue una “casualidad” conocerla, ella fue como un soplo de suave brisa, pero penetrante como el agua. Me enseñó el valor de escuchar a través de los Tres Silencios desde el corazón.
Gloria mi maestra de la fe y la confianza en los procesos como en la confianza personal.
Con mención especial a mis padres que son grandes maestros de la constancia, del saber hacer y la compasión.
Mi hija que me aporta el punto de vivir el presente y el mañana puede pasar de todo o nada.
Mis amig@s que, sin sus risas, llantos, enfados y vuelta a empezar, me han enseñado el valor de la amistad. Sin las aportaciones de todos ellos no sería quien soy en este momento.